Pensando en los ideales de vivir en un Mundo Libre
Autor: Francisco Bascuñán Letelier | Fecha: 2014-11-05 | ID: 702 | Categoría: Espíritu | Tema: Reflexiones | Tipo: Pensamientos
Lo que no te hace libre te esclaviza.
En el 10° Aniversario de la revista ’Mundo Libre’, es atinado sino ineludible, pensar en lo que significa: ¡Vivir en un mundo libre!
¿Qué significado y qué importancia tiene para el ser humano vivir en un mundo libre? En la condición humana, ¿Existe la libertad? Y si existe, ¿Cómo se logra y cómo se pierde?
En estos días, en que se profundiza el pensamiento con la preocupación de la reforma educacional, se ha mencionado insistentemente el hacer uso de la libertad de elegir los establecimientos educacionales y elegir el fondo y la forma de lo que se le va a enseñar a nuestros hijos. También se ha oído de la libertad de elegir a nuestros gobernantes, de la libertad de escuchar la radioemisora que se nos venga en ganas, en fin… libertad, libertad, libertad.
En algún momento de nuestra evolución como humanos, tomamos conciencia de nuestra capacidad de poder elegir, de hacer uso del ‘libre albedrío’; y en la medida que vayamos ampliando nuestras conciencias, ampliamos también, no sólo el conocimiento, sino que esta capacidad de elegir.
Pero el ‘libre albedrío’ conlleva la ineludible condición de actuar en libertad, ya que sin ella se escapa, precisamente, la posibilidad de elegir; inhabilita la presencia de la gracia y del pecado.
Esto último, tiene relación con la voluntad y el uso que se le dé a la libertad de elegir. El ‘libre albedrío’, tan vilipendiado por ser base del bien y del mal, es un atributo que tiene el hombre para actuar en conciencia, libremente en conciencia, para hacer el bien o para hacer el mal. Prácticamente todos los iluminados, incluido Jesús que es la base de nuestra cultura, nos hacen ver que el camino que nos lleva a ser mejores, incluso hasta la perfección y hacia una vida eterna en plenitud, es la senda del ‘amor al prójimo’. Es decir, que esta elección en libertad de que estamos hablando, es una elección que beneficia al prójimo. Lo contrario es el ‘egocentrismo’, que consiste en actuar para el bien personal por sobre los demás.
¡Pareciera ser que esto es todo lo concerniente con el sentido de nuestras vidas! ¿Pero existe tal libertad? Hay experiencias que llevan a pensar que no existe para nada. Otras, lo contrario. ¿Será que algunos han perdido la libertad y otros la han ganado?
Si nos remontamos a San Juan (principios de la era cristiana), nos dice que la libertad, con que nacemos, como atributo de nuestra condición humana, se pierde sólo por tres razones, tres concupiscencias, que serían: El ‘poder’, la ’riqueza’ y el ‘confort’ (la carne). Sería libre aquel que no aspira a ninguna de estas tres concupiscencias. Si hacemos un análisis profundo de este principio y lo comparamos con nuestra experiencia, efectivamente pareciera que toda pérdida de libertad recae en estas tres concupiscencias.
Entonces, la pregunta de que si existe o no la libertad, se debiera replantear de la siguiente forma: ¿Es posible vivir sin buscar nada de poder, nada de riqueza y nada de confort? Así, la respuesta se haría más fácil y sería: El hombre pierde grados de libertad en la medida que aspira a grados de poder, grados de riqueza y grados de confort. La respuesta se relativiza, obviamente y tal vez así debiera ser, pero sí se pueden lograr altos grados de libertad como lo han demostrado infinidad de seres magnos, algunos muy conocidos y otros que han pasado inadvertidos.
Así pues, la libertad se encuentra en nuestra conciencia, siendo ambas consustanciales y forman parte intrínseca del ser humano. De acuerdo a lo anterior, anidar pensamientos que van en el sentido de restringir la libertad de elección sería abominable.
Francisco Bascuñán Letelier
Los Maitenes, 18 de noviembre 2014