Cosas de la política: Recuerdos de un ucraniano
Autor: Edmundo Moure Rojas | Fecha: 2014-06-28 | ID: 646 | Categoría: Alma | Tema: Arte | Tipo: Testimonios
Patria de mis palabras y de mis sueños
—N. Gogol
En 1955 (IV de Humanidades) tuve un compañero de colegio de origen ucraniano. No recuerdo su nombre, aunque sí retengo su imponente imagen corporal. Alto, fornido, de tez clara y pelo negro, ojos azules y tristes... Hablaba muy poco y, pese a su marcado acento, se expresaba con claridad en el castellano chileno. Merced a su conformación física, fue invitado a participar en los deportes practicados en Don Bosco: fútbol, básquetbol y atletismo. Nunca lo hizo. Durante los recreos solía leer en algún rincón del patio. No tuvo amigos entre nosotros.
Era uno más entre refugiados de la segunda guerra mundial, de presumible origen judío, aunque tampoco tengo la certeza.
En aquel tiempo, debíamos rendir exámenes orales de las principales asignaturas, ante una comisión conformada por profesores de Estado. Estos examinadores solían ser masones o sospechosos socialistas o comunistas que acudían a los colegios católicos (algunos de ellos, claro está) con "la bala pasada", dispuestos a "rajar" a los bisoños estudiantes que se paraban ante la testera ocupada por el "diabólico" trío de anticristos.
Aquella remota mañana de diciembre, el compañero ucraniano se adelantó para rendir el examen de Historia. El profesor que presidía aquel "santo oficio" laico, luego de leer en voz alta sus apellidos eslavos, le preguntó, sin preámbulos: -¿Usted es soviético, entonces?- El muchacho contestó, con voz firme: -Soy ucraniano de nación-. Insistió el examinador: -O sea, soviético, y antes, ruso, en tiempo de los zares, ¿o me equivoco? El alumno enrojeció, reiterando con firmeza: -No soy ni soviético ni ruso, sino ucraniano-.
Los miembros de la comisión se miraron, moviendo la cabeza en gesto unísono de reprobación. Habló de nuevo el interrogador: -Mire joven, como profesores de Historia no podemos permitir semejante aberración... Le pregunto por última vez: -¿Es usted ciudadano soviético?, ¿sí o no? Los ojos de aquel condiscípulo parecieron llamear, al tiempo que apoyaba su mano derecha sobre la mesa de la comisión, para alzar la voz y decir: -Soy ucraniano y lo seré hasta la muerte...
Fue reprobado en el examen de Historia, pese a la intercesión del director del colegio, el sacerdote salesiano Raúl Silva Henríquez.
Ucrania es una antigua nación, con historia, tradiciones, cultura y lengua propias, cuna de personajes como Nicolai Gogol y León Trotski, patria amada de muchos, pese a los juegos de ajedrez de los poderes nominadores de este mundo...
Será por eso que entre nosotros hay quienes se declaran mapuches y no chilenos... Cosas de la política.
Edmundo Moure R.
Marzo 2014