La dignidad humana
Autor: María Loreto Walker Ramos | Fecha: 2006-11-01 | ID: 599 | Categoría: Cosmos | Tema: Interés público | Tipo: Denuncias
La Dignidad humana es inseparable de cada persona ¿Cómo podemos apreciarla si día a día se cometen enormes atropellos a la dignidad de los seres humanos? No pensemos solamente en los conflictos bélicos que amenazan permanentemente a la humanidad, si no también a los avatares que estamos expuestos continuamente en nuestras vidas.
La dignidad, ¿se reconoce?...debiera ser así, pues es fruto de la naturaleza del hombre y le deberíamos respeto ya que es inherente al "…SER, como hechos a semejanza de...DIOS", ...pero como los humanos somos seres imperfectos atentamos permanentemente a desconocerlo.
No tenemos que hacer grandes esfuerzos para darnos cuenta en el estado de decadencia en que vivimos ¡Basta con repasar los 10 mandamientos! y mirarnos al espejo para sentirnos ¿qué venimos de otro planeta? Nacemos todos por igual, la desigualdad se apresura en aparecer frente a nuestros ojos, la dignidad humana para todos fue entregada por el supremo por igual, claro está que fue dada sin diferencias para ricos y pobres pero, es ahí donde nuestro país largo y angosto muestra la diferencia, y lo hace sin piedad: unos viven dignamente y los otros esperan dignamente la llegada de lo que por derecho de haber nacido les pertenece.
En la medida que no se respete la dignidad humana se violan los derechos de la persona y no se le reconoce propia. El sistema político de turno debería tomar conciencia, pero actúa de manera muy sutil para prometer y muy indignamente para cumplir.
Sra. Presidenta, en su gobierno:
- La violencia es un atentado a la dignidad humana
- La pobreza es un atentado a la dignidad humana
- La salud es un atentado a la dignidad humana
- La educación es un atentado a la dignidad humana
- La vivienda es un atentado a la dignidad humana...
Hoy en nuestro Chile necesitamos hacer conciencia, ya que cada uno de nosotros somos únicos y originales en la inmensidad y plenitud de nuestra condición humana.
María Loreto Walker Ramos
Noviembre 2006