Querer y querer
Autor: Francisco Bascuñán Walker | Fecha: 2009-03-31 | ID: 552 | Categoría: Espíritu | Tema: Eventos | Tipo: Testimonios
Dios no da su bendición sino a aquellos que
permanecen inquebrantables en lo imposible.
Han pasado muchos años, y ahora sin temor quiero dejar por escrito la que fuera, tal vez, la única experiencia de mi vida.
Una noche hace muchísimos años sucedió algo que cambió el curso de mi vida. Sus consecuencias despejarían toda duda de la realidad de los hechos.
Una voz me hablo en un sueño, me contó del hombre estrella, aquel que brilla y que no teme a la obscuridad. Me contó que ese hombre me esperaba y me habló al oído de muchas cosas. Cuando tomé conciencia de esa voz descubrí que era real...alguien hablaba en mi pieza.
Desperté de un sobresalto, con miedo… y mi miedo se transformó en pánico al descubrir que no podía moverme…boca abajo en mi cama solo podía ver una luz azulada reflejarse sobre el muro de cabecera. Pensé que ladrones me habían inmovilizado y estaban en mi casa.
Nada de eso. Un ser luminoso flotaba sobre mí. No lo vi pero sentí sus palabras de tranquilidad, me calmé y permanecí quieto, aun sin poder moverme. De pronto el toco mi costado izquierdo.
Siempre pensé que ser tocado por un Ángel produciría una alegría inmensa, en cambio me sentí sucio, gordo, carente de voluntad…. En su presencia no era más que un animal, un hombre de las cavernas, sin voluntad ninguna; sin embargo él era maravilloso, celestial, luminoso… ¿porque se dignaba a tocarme?
Al irse le pregunté si lo volvería a ver, él me respondió textual "Cuando quieres ver a un amigo, ¿esperas pacientemente que venga a tu casa, o lo visitas tu?"
Fuertemente conmovido por la presencia de este Ser, decidí hacer todo lo posible para que la próxima vez que nos viéramos no me sienta tan mal. Un camino de santidad en mi se inició ese día. Un camino de limpieza interior y exterior que trajo grandes cambios en mi vida.
Pensar en uno como santo es algo ajeno… como para otro… un camino difícil, casi imposible. Comprendo la imposibilidad de mi propósito, sin embargo algo en mi fortalece ese querer hacerlo… lo siento como un querer a ese hombre estrella que habita en mí y me espera pacientemente.
Un querer que fortalece mi querer. Es curioso que la palabra QUERER sea lo mismo para expresar cariño (yo te quiero) y voluntad (yo quiero). Dos acepciones tan distintas van de la mano en la misma palabra.
Francisco Bascuñán Walker
Marzo 2009