La esfinge (3): El callar

Autor: Francisco Bascuñán Walker | Fecha: 2009-10-31 | ID: 514 | Categoría: Espíritu | Tema: Reflexiones | Tipo: Pensamientos

[2[ Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en
palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el
cuerpo.  [3] He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos
para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.

—Santiago, Cap. 3 vrs. 2 al 3

Cuando volví a Chile a final del 2002 de mi pasantía en España, volví en una situación económica muy complicada. No tenia casa y mi sueldo de profesor universitario alcanzaba escasamente para financiar el colegio y alimentación de mis hijos.

Cada vez que salíamos y me pedían algo, les respondía casi automáticamente, no, no podemos porque no hay plata para eso. Y así sucedía. Cuando tomé conciencia de lo automático de la respuesta, reflexione y pensé que en realidad lo que pasaba es que no quería hacer esas cosas. Decidí cambiar mi respuesta (negativa) automática por: "Si, si podemos, pero no, No queremos"…un poco en risa y un poco en serio se iniciaba un viaje lejos de las costas de la auto justificación.

Casi mágicamente, todo comenzó a cambiar, las cosas tomaron un aspecto más liviano, más alegre. Evitar repetir que no podía, que no tenía dinero, me tranquilizó. El pensar que si podía pero no quería, me devolvió el control de mis decisiones. Podía llevarlos a todos al cine, pero prefería darles de comer ese día. Era una elección consciente.

Dominar lo que decía fue más difícil de lo que creía, suponía ser dueño de mis comentarios y de mis respuestas, pero me di cuenta que mucho de lo que decía lo hacía en modo automático.

En la antigua esfinge egipcia, las alas de águila representaban el signo de escorpión, también la transformación iniciática, y la palabra CALLAR.

¿Y porque el callar es una clave en nuestra transformación? Según Santiago Apóstol, el dominio de la boca nos dará un dominio de todo nuestro cuerpo, como un caballo.

Como yo lo entendí, el dominio de la "boca" tiene que ver con el desarrollo de la prudencia, prudencia en el comer y en el hablar. Dominar lo que como y lo que digo, me obliga a tomar conciencia de mi actuar diario. Ayuno y oración parecieran ser claves en el desarrollo de nuestra águila interior, de nuestra prudencia y dominio propio.

Decir "no quiero" en vez de "no puedo", me obliga a enfrentar mi parte de responsabilidad y dejar de sentirme una víctima de las circunstancias. Me abre alas y me llena de valentía, es mi águila interna que despierta y me lleva a volar sobre mis problemas, con la libertad del que elije.

Francisco Bascuñán Walker
Octubre 2009

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