Una Navidad cada día: Los caminantes del alba

Autor: Francisco Bascuñán Walker | Fecha: 2009-12-31 | ID: 507 | Categoría: Alma | Tema: Arte | Tipo: Pensamientos

Francisco Bascuñán Walker
2009 La Serena, Chile

Árbol a contraluz

Cuando amanece, el mundo despierta
renovado, pero antes de que ésto
suceda, el Maestro llama al Alba y
realiza la magia de limpieza en el
corazón de los hombres.

Él canta sobre las nubes con un pie en
cada continente, y su canción resuena
en cada uno de nosotros.

Algunos tuvimos el privilegio de verlo,
y caminamos juntos cuando
despuntaba el Alba. Aun hoy sigue en
nuestro corazón.

Amanecer en un salar del altiplano
Amanecer en un salar del altiplano

El caminante del Alba es un peregrino.
Un peregrino que realiza el recorrido
en su interior. También es un
alquimista que transforma el plomo en
oro, de grado en grado, con voluntad
y abnegación. Esa es la única forma
de recorrer el Kumba Mela, de
despertarnos de nuestro sueño
hipnótico.

El camino se inicia cuando nos
decidimos a caminar. Salir de la
inercia del mundo del hombre
hormiga, abandonar tu sillón mental y
caminar decididamente con la
esperanza de encontrar al Maestro.

Los amaneceres nos comienzan a
encantar con su suave claridad, con
su frio implacable… su silencio y su
frescura nos inunda el alma. Nunca
más podremos dormir tranquilos
mientras el sol se anuncia. Estaremos
caminando cuando llegue el alba, para
que nuestro Sol nos vea de pie, firmes
y agradecidos.

El alba nos limpia el alma día a día
y una mañana ya no queremos
sentirnos ajenos a su pureza,
queremos ser parte de ella. Ese día se
inicia nuestro noviciado. Limpiando y
liberándonos de nuestras cadenas más
densas. Sin saberlo, el Maestro ya nos
encontró.

Amanecer en la cordillera
Amanecer en la cordillera

El caminante del Alba es un Peregrino,
un Mago y un Soldado a la vez. Un
Peregrino porque la Fe lo mueve en
busca de su Padre Celestial, y sigue
sus huellas por lugares sagrados del
alma. Es un Mago porque con su
voluntad va moviendo sus defectos,
llenándolos de luz, despertando sus
virtudes. Es un Soldado porque
marcha con voluntad, con Fortaleza,
aceptando el camino y renunciando a
sí mismo. Marcha con espada y
escudo y ningún camino es capaz de
quebrar su alma, porque él nunca está
solo y ya no conoce la desolación.

El caminante del Alba, con sus
encantamientos y su trabajo
abnegado, hace pequeñas cosas que
producen grandes cambios. Lo hace
en el más absoluto anonimato y sin
esperar recibir nada a cambio. Lo
hace solo porque él puede.

Amanecer en el desierto
Amanecer en el desierto

El caminante del Alba camina por el
lado iluminado de la vida, con el firme
propósito de llegar a los pies de Él,
y persevera inquebrantable en lo
imposible.

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