Una nueva etapa (o ¿una nueva utopía?)
Autor: Marta Fernández Montero | Fecha: 2010-02-28 | ID: 496 | Categoría: Cosmos | Tema: Interés público | Tipo: Testimonios
En un País, cuyo nombre no recuerdo, había gran efervescencia: se acercaba un nuevo aniversario de la independencia nacional y sus habitantes y autoridades querían celebrarlo en grande ¡Como nunca antes!
Y había algunas especiales razones: este aniversario coincidía con un centenario, el País había salido de una profunda crisis política que por muchos años mantuvo dividida la sociedad, y ahora, habiendo recobrado la democracia, con un país en paz y una economía relativamente pujante, se podía dar ese lujo.
Desde la Colonia, el país había pasado por diferentes etapas, a veces siguiendo los vaivenes del mundo en evolución: a los latifundios heredados de los colonizadores, siguió una reforma agraria que, con todos sus defectos, permitió un mejor aprovechamiento de los terrenos agrícolas y empezaron a florecer diferentes empresas agropecuarias.
Los pueblos se hacían más concientes de sus derechos y la presión por los cambios tomaba diferentes derroteros: algunos pensaban en un cambio por medio de una evolución a situaciones de mayor justicia; otros en cambio, asimilando teorías extranjeras, presionaban por un cambio inmediato y radical, los que, al triunfar en las urnas, produjeron una radicalización de las posturas, un caos social y económico que terminó en un golpe de estado y en una dictadura de la que el país, después de muchos esfuerzos, había logrado salir.
Los gobiernos democráticos que siguieron, teniendo presente que los cambios a mayor justicia y mayor democracia estaban en la meta de la mayoría, se pusieron a la tarea de hacerlos dentro de la Constitución y las leyes, modificando, poco a poco y de acuerdo con el Congreso, las ataduras que le impedían avanzar.
Fue un largo período de avances en todo sentido, aunque siempre bajo la presión de los que querían un avance más rápido hacia situaciones de mayor justicia.
El País se abrió en sus relaciones exteriores diplomáticas, culturales y comerciales a la mayor parte de los países del mundo, ampliando sus posibilidades de exportación y por lo tanto, dando espacios a la creación de industrias creadoras de empleo; las finanzas del estado se habían manejado en forma impecable, mereciendo por ello elogios de muchos países, incluso los desarrollados.
Se había implementado un programa social para dar facilidades a los ciudadanos para adquirir una casa propia por medio de un subsidio y cancelación de ella en cuotas. Estos buenos propósitos se tropezaron, en algunos casos, con empresas que aprovecharon el sistema para hacer su negocio sin pensar en solucionar el problema habitacional de la gente: construyeron casas de mala calidad y de dimensiones tan pequeñas que no permitían el desarrollo normal de una familia; esto produjo, en un momento un descrédito del sistema y hubo que reglamentar, con la experiencia adquirida, la calidad y dimensiones de las viviendas.
Para mejorar la salud se crearon diferentes redes de consultorios y programas de protección de los más débiles: salud gratuita para los ancianos y para los portadores de enfermedades catastróficas en Hospitales Públicos; revisión dental en las escuelas para los niños; en algunas provincias se había implementado el servicio médico a domicilio para los enfermos postrados y el poder pedir hora por teléfono en vez de hacer colas al alba para obtenerla, el préstamo de camas anti-escaras, etc.
Se había abierto salas cunas para que las madres pudieran trabajar tranquilas mientras sus hijos estaban bien cuidados por personal especializado; igualmente se abrieron jardines infantiles para nivelar a los niños nacidos en pobreza e ignorancia con los nacidos en ambientes más privilegiados, antes de su ingreso a la escuela.
Se había mejorado notablemente las carreteras; el programa de locomoción colectiva, después de muchos tropiezos iniciales, se había impuesto con reconocimiento de sus usuarios y las redes del metro se ampliaron de tal manera que acercaban a los habitantes de la periferia de la capital los que ganaron en rapidez y seguridad para acercarse a sus trabajos.
El país era evaluado positivamente entre todas las naciones del mundo los que lo consideraban un País fiable para hacer negocios y cumplidor de sus compromisos internacionales.
¡¡Cómo no iba a haber ambiente de celebración!!
Pero había conciencia de que no todo estaba solucionado: no se había logrado atenuar la brecha que existía entre los que ganaban más de lo que necesitaban para vivir y se podían dar el lujo de una vida dispendiosa y los que tenían que luchar día a día por su sustento y el de su familia y sin poder muchas veces darle a sus hijos una mejor educación.
Las causas de esta brecha dividían la opinión pública: algunos pensaban que era cuestión de crear más empleos; otros que había que ir a la raíz del asunto: ¿qué hacia que dos individuos nacidos en el mismo territorio patrio tuvieran tan diferente destino?
Y dividieron los individuos en "niños en desventaja "llamando así a los nacidos de padres en pobreza, ignorantes o viciosos que no les podían proporcionar ni la menor educación" y los nacidos en situación de mayor privilegio y cuyos padres con mayor educación y situación económica los podían proporcionar una educación mejor y dotarlos de mejores armas para enfrentar la vida.
Pero ambos serían futuros ciudadanos, miembros del estado y hacedores del futuro de la Patria. ¿Qué hacer para revertir esta fatal diferencia? Y las miradas se pusieron en la educación: los resultados de los niños salidos de las escuelas públicas eran muy inferiores a los de niños salidos de colegios particulares.
Se armó una gran discusión sobre el origen de la diferencia: unos apuntaban a los programas educacionales que no estaban de acuerdo con la evolución del País, su desarrollo y los ciudadanos que necesitaba para esta nueva etapa; otros apuntaban a la calidad del profesorado y a las pocas exigencias que se ponían para ingresar a la carrera docente; otros, al poco interés de los mejores puntajes a ingresar a ella debido a los bajos sueldos del profesorado que no les permitía desarrollar su plan familiar dignamente sin tener que recurrir a otras entradas y a la desmedrada opinión de tan importante carrera. Otros, en fin, a que el subsidio educacional estaba mal dirigido y peor utilizado: la educación se había convertido en un negocio, los profesores contratados, muchas veces no tenían los conocimientos necesarios para sacar adelante a sus alumnos los que salían sin entender lo que leían y mal escribiendo llenos de faltas de ortografía; muchos concordaban en que el subsidio, aparte de ser sustancialmente mejor, debía ser dirigido al alumno en un bono personal e intransferible canjeable sólo por educación; así los padres podrían elegir el colegio que le diera más garantías y los colegios competir en calidad para atraer alumnos…
Pero donde todos estaban de acuerdo era en que, el actual estado del País, necesitaba un avance hacia el desarrollo, partiendo de un punto de vista diferente; se necesitaba un reestudio de sus actuales necesidades, capacidades y carencias, región por región, y de la calidad de los actores que se necesitaría para llevar a cabo esa transformación: es decir se necesitaba un "Plan País", un plan de largo, mediano y corto plazo.
En el corto plazo se debía, según decían, empezar por un estudio, región por región de sus carencias en cuanto a conectividad, producción, servicios básicos, educacionales y de salud; por otra parte, evaluar sus capacidades de producción ya fuera agraria, minera, pesquera, maderera o de producción de energía, para hacer un plan "regional" de acuerdo a él.
Una vez concluido dicho estudio, unificarlo en un plan País con metas de desarrollo común.
Teniendo claro el objetivo, se debía pensar en los protagonistas que deberían llevarlo a cabo y como prepararlos; se examinaron los planes de estudio y se consideró que deberían adecuarse a las nuevas circunstancias y orientarlos a la preparación de ciudadanos capacitados para aportar a las tareas de transformación que se iniciarían.
Los planes educacionales, siendo en las materias de formación humana iguales para todo el País, se diferenciarían según la producción, capacidades y necesidades de cada región para orientar la educación y la capacitación a que cada ciudadano saliera de la educación obligatoria con un oficio que lo permitiera incorporarse y sentirse parte como ente útil al desarrollo de su región: "no más niños salidos de 4º medio con las manos vacías sin tener nada especial que aportar al desarrollo del País" y dando bote en el medio laboral en incipiente cesantía.
El gobierno de turno buscó entre los ciudadanos más preparados en todas las materias y les encomendó la tarea de estudiar un plan País a partir del desarrollo que se había conseguido.
Así se repartieron por todos las regiones del País grupos formados por economistas, sociólogos, y peritos en diferentes materias, para estudiar con los habitantes de cada región cuales eran las necesidades más apremiantes de ella, con qué recursos contaban y cuales eran sus carencias para planificar con ellos, cómo resolver los problemas en un corto, mediano y largo plazo y en qué forma el gobierno debía aportar para ello.
Poniendo en el centro del Plan País la "educación "y "la capacitación", se empezó a preparar el profesorado idóneo elevando las exigencias para ingresar a la carrera docente, exigiendo a las universidades mayor calidad en la preparación del profesorado, pero al mismo tiempo mejorando substancialmente las remuneraciones de los que se dedicarían a tan importante carrera y dignificándola, ya que en sus manos estaría la formación de los futuros ciudadanos.
Aunque el plan se demoró algunos años en implementarse, dio excelentes resultados: los nuevos planes de estudios adecuados al plan en marcha, los profesores mejor remunerados y de mejor calidad y preparación, los colegios mejor fiscalizados y esforzándose por dar mejor calidad para obtener la preferencia de los padres y obtener el bono educación que otorgaba el gobierno a cada alumno, el "Plan País" y los "Plan Regionales" lo suficientemente publicitado para que la ciudadanía los conocieran y votara, había sido aceptado por la mayoría, todos los ciudadanos sabían los objetivos de cada paso que daba el Gobierno y sentían que eran parte de él; desde la educación primaria a la educación media se orientaba a los niños a tomar parte de este gran plan nacional y se les mostraba cómo ellos serían parte de él, aprendiendo un oficio o profesión que los integrara y mostrándoles el resultado que tendría para ellos y sus familias en el futuro.
Prono se fueron viendo los resultados en las regiones donde se priorizaba aquellos proyectos más encarecidos por los habitantes de ella y solventados en parte por los ingresos de la propia región.
Aumentaron los puestos de trabajo en regiones y los muchachos no tenían que emigrar para ingresar a estudios mayores, pues en regiones también había Universidades y Escuelas Tecnológicas de calidad y podían encontrar trabajo sin salir de su terruño.
Todas las regiones empezaron a tener Hospitales bien equipados y con profesionales en las especialidades más frecuentes.
Con la capacitación adecuada, los trabajadores podían obtener salarios justos que les permitía solventarlas necesidades básicas de su familia y la educación de sus hijos, podían obtener una vivienda digna y tener acceso a la salud, y la brecha entre los que tenían en exceso y los que nada tenían se fue reduciendo.
¡¡Ahora se podría celebrar en grande los próximos aniversarios Patrios!!
Marta Fernández Montero
Febrero 2010