La franja de seguridad
Autor: Francisco Bascuñán Walker | Fecha: 2010-06-30 | ID: 478 | Categoría: Espíritu | Tema: Mente | Tipo: Pensamientos
No te das cuenta de tu situación. Estás en una prisión.
Lo único que puedes desear, si eres un hombre sensato,
es escapar.
—G.I. Gurdjieff, 1927
Es muy difícil escribir estas líneas, principalmente porque las ideas que quiero expresar son normalmente mal interpretadas, tal vez lo más probable es no me exprese bien, pero bueno aquí va.
La esclavitud interna, lo que nos mantiene apegados a los viejos paradigmas es el MIEDO. No queremos caer fuera de la franja de seguridad y que nos pasen cosas que hemos visto que le pasan a otros. Hospitales públicos, barrios inseguros, educación estatal entre otras cosas, nos llenan de miedo y nos impulsan a protegernos, a refugiarnos dentro de la franja.
Y entonces, sobrevaloro el sistema y se convierte en mi carcelero, que anteponiéndose a todo, guía mis decisiones.
El sistema que me demanda una serie de acciones cotidianas en virtud de la eficiencia de mí tiempo, en virtud de producir lo necesario. Lo necesario para mantener y mejorar mi calidad de vida. Calidad de vida que se sustenta principalmente en bienes y servicios. Bienes y servicios que me proveen de seguridad y bienestar a mí y mi familia. Seguridad y bienestar basado en instituciones médicas y de educación reconocidos y acreditados socialmente, en objetos de calidad, vehículos de tecnología de punta, inmuebles cómodos. Y finalmente nos sentimos seguros, porque nuestra mente nos dice que hemos trabajado en pro de un fin noble, de entregarles la mejor educación y salud posible a nuestras familias.
Pero, es en ese punto donde recuerdo mi desafío. Confiar en que estoy en el mundo por algo más grande, más hermoso y más trascendente… y es ahí cuando puedo hacer mi trabajo enfocado al servicio, de forma abnegada y sin miedo… pues en la fe de que existe un orden superior descansa mi alegría de vivir.
No soy arquitecto para mantenerme en la franja, ni para diseñar grandes y famosas obras, soy arquitecto para servir a las personas, para entregarles mi don a través de mi trabajo, para entregarme yo mismo... No estudie arquitectura para recibir, sino todo lo contrario.
Ir a la universidad, estudiar una carrera, no es un pasaje a la franja, no debe serlo. Es más bien un apoyo para desarrollar tu vocación y servir en tu medio. Servir justo hoy y justo aquí, con lo que tú eres ahora mismo... Es ahí cuando sucede; desaparece el miedo y me lleno de una sensación de libertad y alegría que vale la pena experimentar.
Francisco Bascuñán Walker
Junio 2010