…un papá para las familias
Autor: Jorge Godoy R. | Fecha: 2010-12-31 | ID: 444 | Categoría: Cosmos | Tema: Interés público | Tipo: Denuncias
De verdad dan ganas de que de una vez por todas, lleguemos a ser absolutamente iguales en derechos y responsabilidades, hombres y mujeres. Pareciera que la mentada lucha de las mujeres por la "igualdad", se detiene cuando nuestras adoradas parejas, ven amenazados sus presentes privilegios, como por ejemplo el de la tutela preferente de los hijos basada en la visión antigua de las mamás-en-casa, trabajando la mayor parte de su tiempo "como mamás" y no fuera de-casa, o el financiamiento para la mantención de los hijos.
El quiebre de los matrimonios, fuera de la ruptura sentimental implícita para el conyugue que no definió la decisión final, conlleva la destrucción absoluta de un proyecto de vida, programado desde que ambos decidieron casarse. Un proyecto de vida que definió objetivos profesionales, económicos, metas sentimentales y familiares, relación progresiva con los hijos, esquema de valores cotidianos a compartir y a transmitir empíricamente a los hijos.
El quiebre, muchas veces decidido por definiciones particularmente personales y notoriamente egoístas de parte de los adultos (yo y MI felicidad), apoyado en falacias argumentales sobre el "beneficio" de los hijos por tal decisión (normalmente los hijos se traumatizan de por vida por esto), … lleva a asumir la profunda y prolongada depresión que genera en quienes vivían para ese proyecto de vida, el quedarse de repente sin nada, con su vida futura en blanco, sin objetivos, anhelos ni metas; además del dolor de la pérdida de lazos.
La falta de real compromiso con el proyecto de vida con que se funda una familia, parece ser hoy en día un mal que afecta todos los sectores de nuestra sociedad. No solo en lo familiar, sino también en lo laboral y en las redes sociales.
El compromiso asumido, cuando se toma, implica una promesa a firme de sacrificio personal cada vez que sea necesario, para cumplir los objetivos proyectados. Los proyectos que generan la toma de compromisos, suponen metas felices pero no necesariamente rutas siempre cómodas y gratas, sino lo normal de las vidas humanas es atravesar etapas duras, molestas y dolorosas sin cejar, para finalmente alcanzar las metas programadas.
El matrimonio es un proyecto humano, quizás el más trascendente de las personas y como tal, debe incluir etapas molestas y dolorosas a ser superadas, no sólo placeres permanentes.
Los quiebres matrimoniales, si pese a todo resulta ser la única solución, debieran darse en un ambiente jurídico de total igualdad de deberes y derechos para ambos sexos.
Hoy, esto no es así.
Jorge Godoy R.
Arquitecto
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