Nacer

Autor: Francisco Bascuñán Letelier | Fecha: 2013-12-06 | ID: 40 | Categoría: Espíritu | Tema: Ficciones | Tipo: Relatos y comentarios

Hacia nuevos desafíos en un mundo cada vez más dogmático. La necesidad de ‘libertad’ se palpa en el aire.

Solía percibir distintas intensidades de luces a diferentes horas. Mi piel se estiraba y se había puesto rugosa. En mi prisión, cada día me costaba más moverme, a tal punto que ya no sabía con certeza si mi celda se estaba achicando o era yo que me estaba hinchando. El tiempo y el espacio jugaban en mi contra. También mi estado de ánimo, me deprimía la soledad y me angustiaba las voces que venían de no sé dónde. Tenía algo a mi favor, tenía suficiente alimento y mi cuerpo estaba fuerte, lo sentía fuerte.

Así fueron pasando los días hasta que la naturaleza actuó por su cuenta. Al llegar a mi estado límite de resistencia, salió de mí una violencia inusitada, pareciera corresponder a una intrínseca necesidad de sobrevivencia. Se ponían a prueba las dos típicas tensiones: mi vida hacia un mundo desconocido y por otra parte mi irremediable muerte. Así, rompí el huevo y nací como pollo.

A los pocos días supe que tenía otros hermanos, algunos habían vivido y se encontraban junto a mí, pero no todos habían pasado la prueba y estos, yacían lánguidos en espera de ser limpiado por los jotes que rondaban el recinto.

Todo un desafío tenía por delante, todo nacimiento lo tiene, pero también la esperanza de poder cumplir mis anhelos. Pareciera que los hombres que nos cuidan, tienen en común con nosotros los pollos, y con toda la naturaleza que nos rodea, los mismos anhelos, no son una excepción como algunos parecieran decirnos. Esto lo sé, no sé muy bien porqué lo sé, pero lo sé; tal vez por la forma de tirarnos el trigo, uno lo hace con cierto desprecio lo que a diferencia del otro humano, el con polleras, lo hace con cariño como si quisiera acariciarnos (de aquí debe de venir el término ‘pollera’); tal vez lo sé por el tono del cantito con que nos llama: tic tic tic tic…; en fin, tal vez por lo muy intuitivo que soy. Lo cierto es que, por mucho que nos digan cosas diferentes, yo creo que por ‘algo’ nací, y ese algo debe ser importante.

Este es mi primer desafío, creer que mi vida es importante, que es importante vivirla y que es importante el anhelo que abriga mi ser, ese que me sale de adentro. Me da la idea que es el primer motor que mueve a toda la naturaleza que me rodea. Eso es lo que yo, como pollo, percibo; ahora, ¿cómo lo percibe el resto de la naturaleza? no lo sé, pero cada uno debe tener su adecuado método.

Al romper la cáscara del huevo, percibo que ‘nacer’ es vivir una ilusión y una esperanza.

Francisco Bascuñán L.

Enviar

Ir al inicio