A los indignados… en un mundo de quimeras

Autor: Francisco Bascuñán Walker | Fecha: 2011-10-31 | ID: 352 | Categoría: Espíritu | Tema: Reflexiones | Tipo: Ideas, propuestas y proyectos

La primera revolución no es contra los gobernantes, ni los acreedores ni los esclavizadores.
La primera revolución es contra uno mismo.

—J. Krishnamurti, 1966

Francisco Bascuñán Walker
Octubre 2011

Es fácil comprender porque estamos indignados, cansados y escépticos de promesas y frases vacías. Nos han esclavizado con créditos, con juguetes electrónicos, con programas basura. Hasta nuestros más profundos sueños son parte del hipnotismo, soñamos con más de lo mismo…más dinero, más y mejores cosas, más coberturas de salud y seguros. Nuestra mente está atrapada en este mundo de quimeras y sólo tenemos reflejos fugaces de la verdad frente a la muerte… cuando entendemos que, en cualquier opción, nos vamos sin nada.

Entonces, si nos sabemos atrapados, lo mejor que podemos hacer es tratar de escapar, de huir del sistema, de romper nuestras cadenas…. Pero cómo, si tanto nuestros gobernantes como nuestros reclamos parecen no afectar en nada la situación… ¿qué hacer para escapar?

Si observamos nuestra opresión nos daremos cuenta que no es sólo de cuerpo (créditos, deudas, imágenes de nosotros mismos irreales e inalcanzables) también nuestras emociones están dominadas por el miedo (miedo a no tener), nuestra alma está dormida, sin conciencia de nuestra esclavitud.

Romper la esclavitud en cualquier caso significa hacerse cargo de uno mismo, ya no más amos que velen por nosotros. Para avanzar en el doloroso camino de independencia y libertad, necesitamos dar un paso a la vez.

Este escrito está dirigido a aquellos que decidieron enfrentarse al carcelero y luchar por salir de donde están atrapados. Es un instructivo para dirigir tus primeros pasos en tu revolución interior.

Paso 1. Empuña tu espada y pronuncia una oración. Para salir de tu prisión debes enfrentarte a tu captor, no hay otra alternativa, debes luchar. Seguramente piensas que tu carcelero es muy poderoso y que no tienes alternativa frente a él, eso no es verdad.... Sólo es parte de su defensa, él te ha hipnotizado y te ha hecho creer que es invencible. Enfrentarlo no quiere decir que vencerás, debes prepararte a luchar y estar dispuesto a perderlo todo en esa batalla. Tu fuego interior debe estar añorando librarse de él por sobre todo lo demás.
Pero no te confundas, observa y descubre tu verdadero enemigo, porque aunque debes salir de la cárcel y enfrentar a tu carcelero, puede no ser tu verdadero enemigo, alguien más está detrás, alguien más es su verdadero amo.

Pregúntate: ¿cuál es mi prisión ahora? ¿Y quién mi carcelero?

Debes identificar aquello que necesitas realmente y velar por que tu trabajo sea capaz de proveerte de eso. Liberarte de las necesidades no reales impuestas por los esclavizadores que te llevan a consumir más allá de tus capacidades con créditos. EL CREDITO es la forma más básica de esclavitud moderna. Acéptate a ti mismo tal cual eres. Gasta sólo lo que ganes y no más. Lao Tse decía que el más rico era el que gastaba menos, no el que ganaba más. Una política individual de austeridad te conduce a un estado de tranquilidad.

Paso 2. El plan. Para hacer un plan debes comprender que cada acción tiene una consecuencia, cada decisión forja un destino. Tu vida ahora es el resultado de tus propias acciones, Fue tu comportamiento quien te metió en esta prisión, no hubo mala suerte, solo Tú en acción. Deja de reclamar, deja de victimizarte, deja la culpa... no pienses más en lo que te llevo hasta aquí, mejor enfócate en el plan, en cómo saldrás. Cambia tus pensamientos y cambiaras tus hábitos, cambia tus hábitos y cambiaras tu rutina, cambia tu rutina y cambiaras tu destino.

Pregúntate: que pensamientos me condujeron hasta aquí.... Y cámbialos.

No juzgar ni reclamar. Tanto programa de televisión, prensa amarillista y farándula nos ha hecho creer que entre más llamamos la atención, entre más grito y decir las cosas "tal cual son" son una virtud. La verdad es que al enfocarnos en los defectos ajenos lo único que hacemos es perder energía y alterar nuestra armonía interior. No reclamar puede ser una disciplina casi imposible en el día de hoy, pero nos enfoca y nos aleja de la victimización. Ya no estamos caminando con el rebaño, juzgando según la opinión de los medios, repitiendo y repitiendo sin pensar. Victimizarse es abandonar el camino de las soluciones. Al dominarnos nosotros mismos dirigimos la energía enfocándonos en caminos de salidas, más que en buscar culpables de quien nos metió en esto.

Paso 3. Reúne tus ejércitos. Para vencer en tu batalla debes juntar fuerzas, debes acrecentar tu energía. El entrenamiento de tu voluntad es imprescindible, debes trabajar día con día para fortalecerla. La voluntad se trabaja como un músculo, elige hacer algo que te cueste, cualquier cosa que sea moderadamente difícil para ti. No tan difícil como para que se lesione tu voluntad ni tan fácil como para que no sea un entrenamiento. Enfócate en eso y tómalo como una disciplina personal, diaria, implacable. Recuerda que la finalidad de tu disciplina no es exterior sino interior. No va dirigida a su fin, sino a su ejecución. Es un trabajo de concentración, esfuerzo y sacrificio. Debes abandonar la dispersión, ella sólo te puede conducir al fracaso. Enfócate y llama a todos tus ejércitos a librar la batalla pero no dejes que la ira te envuelva, más bien usa esa energía como fuerza para acrecentar tu voluntad.

Paso 4. La batalla. Tu corazón arde de valentía. Ha llegado la hora de enfrentar a tu carcelero, párate frente a él y sin temor míralo a los ojos, no pierdas tranquilidad, solo míralo y observa que aunque es poderoso no es invencible y hoy morirá bajo tu espada. Debes comprender que él es parte de tu destino, que cumple su tarea y no merece tu odio. Sabes que La lucha es a muerte, no hay segundo lugar, levanta tu espada y destruye a tu captor. Hoy al final del día serás libre, nada más.

Paso 5. Luego de la batalla. Si has vencido, respira el fresco aire de la libertad. Camina con prudencia y con tranquilidad planea tu próximo paso. Si has sido vencido, reúne lo que quedó de tus fuerzas y con tranquilidad planea tu próximo paso. Nada que llorar, nada que celebrar, sólo la eterna rueda de mil batallas que un guerrero debe librar para volver a casa.

Cada día libramos batallas contra enemigos invisibles, luchamos contra un sueño impuesto que la sociedad de consumo quiere hacernos creer que es nuestro propio sueño. Cada vez que nos liberamos de una cadena, de un carcelero, de un vicio, de una deuda, de un afán insensato, de poseer cositas y juguetes... cada vez que eso pasa te haces más liviano y más autónomo… podrás descubrir nuevos mundos y nuevos destinos para tu alma, destinos mejores, mundos más luminosos, más alegres más llenos de bondad y misericordia. El camino a la tierra prometida parte en ti mismo, ahora.

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