Las marcas de la cadena

Autor: Francisco Bascuñán Walker | Fecha: 2009-11-30 | ID: 286 | Categoría: Alma | Tema: Arte | Tipo: Cuentos

Dejé de fumar un día cualquiera, era de mañana eso sí, lo recuerdo bien. Tenía aun un paquete de cigarrillos a medio terminar que guarde en una cómoda. No lo comenté con nadie, puesto que ya antes lo había intentado y era bochornoso dejar en evidencia mi fracaso ante el resto.

Fue un día domingo, y pase la noche en vela buscando la escusa perfecta para prender uno…fue ahí…a medianoche cuando me di cuenta. Un extraño ser, similar a una gran garrapata invisible, controlaba mis pensamientos. Obviamente ella se alimentaba de mi adicción y para subsistir estaba dispuesta a todo.

Comenzó insertando en mi mente pensamientos del tipo: "que mala idea dejar de fumar justo ahora que tengo tanta presión por esta entrega de trabajo". Pero yo ya estaba consciente de su manipulación y persistía en mi voluntad, solo dejaba pasar tiempo.

Luego su intervención comenzó a ser más desesperada, me dio fiebre y la ansiedad era tremenda, pensaba que con sólo prender un cigarrillo sería suficiente para tranquilizarme. ¿Pensaba yo? ¿O pensaba mi manipulador enemigo?.... obviamente era él, que arremetía ferozmente.

Cuando lo observé de nuevo en la mañana lo note más débil, deseoso de alimentarse, ya estaba como aturdido, mas no derrotado. Mi voluntad creció un poco al darme cuenta de que había pasado un día entero sin fumar, y esa fuerza debilitó un poco más a ésta entidad que no me soltaba.

Recordé días de ayuno, días en que hacía deporte, días en que sentía el olor de los alimentos y la voluntad se acrecentó en mi deseo de ser libre nuevamente. El dinero comenzó a sobrar, los sabores a volver a mi boca y con los meses, el aire volvió a mis pulmones.

Han pasado 14 años y la entidad aun no muere, creo que dormita en una especie de catalepsia y sé que nunca volveré a ser libre del todo. Jamás podré volver a fumar ni siquiera de una manera "social" o eventual por miedo a revivir mi adicción. Es el precio de haber perdido mi libertad, son las marcas de la cadena que quedaron impregnadas en mi piel como evidencia de mi descuido.

Francisco Bascuñán Walker
Noviembre 2009

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